Habitantes si pecados concebidos

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Para comprender la sexualidad de las diversas culturas originarias, resulta necesario sacarse de encima cualquier preconcepto nacido de la visión euro céntrica, heredada de los conquistadores o bien impuesta por ellos a los conquistados.
Términos tales como incesto, prostitución, promiscuidad, adulterio, violación, travestismo entre otros tantos que delimitan las prácticas sexuales en relación con la ley. Una palabra, a la luz de un determinado marco cultural, puede designar hechos distintos, o bien un mismo hecho considerado en otras culturas puede nombrarse con palabras de significados opuestos. Por ejemplo, prostitución y religiosidad, desde la mirada judeo cristiana, constituyen términos irreconciliables a menos que el segundo mantenga una relación redentora, y finalmente excluyente, respecto del primero. Sin embargo en muchas civilizaciones estos dos términos guardaban una relación de necesidad entre sí.
Los bravos guerreros INCAS que partieron desde el lago TITICACA Y LLEGARON a erigir un imperio que iba desde la línea actual del ECUADOR hasta el noroeste del actual territorio argentino, antes de cada campaña militar solían visitar loa PROSTIBULOS de las grandes ciudades. Allí se despojaban por un rato de su ropa de combate y de sus armas y entregaban sus viriles impulsos de soldado al grupo de PAMPAYRUNAS de los lupanares. Este término quechua tenía múltiples acepciones y, en este caso, no designaba a una bella mujer dispuesta a brindar su cuerpo a cambio de algo. Nada más lejano. Bajo la apariencia femenina del antes nombrado, había un esbelto muchacho que solía ocultar una virilidad más bien generosa y de dimensiones excepcionales. Existen testimonios de distintas fuentes , que durante el IMPERIO INCA la prostitución Y EL TRAVESTISMO era cosa de y para los hombres y era uno de los oficios mejor pagos para decirlo mejor, ya que los INCAS no acuñaban monedas, eran retribuidos en el trueque. Obviamente si en lugar, de un soldado raso, se trataba de un alto oficial o un sacerdote, entonces podía aspirar a algo superior, los llamados PROSTIBULOS DEL TEMPLO, cada templo tenía un hombre, dos o más según el ídolo, los cuales andaban vestidos como mujeres desde el tiempo en que eran niños y hablando como tales, y en su manera, traje y todo lo demás, remedaban a las mujeres. Con estos, casi por vía de la la santidad y la religión, tenían su ayuntamiento carnal los señores y principales…según CRONICAS DEL PERIC escrita por PEDRO CIEZA DE LEON, cronista e historiador.
En la época del Inca LLUNQUE YUPANQUI habían sido criados varios muchachos para que atiendan sexualmente a los a los soldados de la guerra (según crónicas de Juan de Santa Cruz Pacha cutí yanqui cronista Aymara de Crónica de relación de antigüedades desde el reino del PIRU).
La crianza de estos selectos zagales que habitaban en los templos estaba regida por una serie de normas sumamente rigurosas. Desde muy temprana edad eran escogidos de acuerdo a su belleza y la generosidad con que los dioses los dotaron sexualmente. Los caciques elegían a los pequeños plebeyos mas agraciados y los padres recibían a cambio tierras, animales y oro. Estos jóvenes privilegiados eran educados por sacerdotisas, de quienes aprendían las técnicas para hacer gozar a los más altos dignatarios.
Rasgos bellos y femeninos acompañados por genitales masculinos bien desarrollados, eran las dos condiciones principales que debía reunir un buen PAMPAYRUNA. Aunque pudiese parecer una contradicción, esta combinación estaba en el centro de cosmogonía incaica.
Al no haber delimitaciones de tierras claras ,en la época precolombina , los aborígenes se distribuyeron sobre varios puntos andinos llegando al actual noroeste argentino donde se desarrollo la cultura MOCHE , alfareros por excelencia , en sus vasijas se pone de manifiesto la importancia que daban las civilizaciones andinas al tamaño del falo. Las artesanías que ha dejado esta cultura representan a unos personajes provistos con un pene desmesurado.
Muy lejos de las alturas de los ANDES, en la vasta mitología guaraní, existía un personaje, EL KURUPI, este personaje era una mezcla entre sensualidad y terror, tenía el aspecto de un hombre bajo y fornido, dotado de un miembro viril de tamaño tal que lo obligaba a enrollárselo en la cintura, según cuenta la leyenda las mujeres que se aventuraban a entrar en la selva eran enlazadas por este con su pene. Su blanco preferido eran las vírgenes, a quienes tenía escondidas durante varios días y luego las devolvía preñadas.
Volviendo a los pueblos incaicos, el vínculo entre homosexualidad, travestismo y religión quedaban plasmados en el templo de APURIMAC donde todos llegaban a rendirle culto, tenia pechos de mujer, vestía ropas femeninas pero su género era masculino.
En el sur del continente , entre los mapuches existían los MACHIS que practicaban la curación mágica y la adivinación, andaban vestidos de mujer y eran dueños de una vitalidad sexual notable, dispuestos a satisfacer tanto a hombres como mujeres.
Fray Bartolomé de las Casas tomo nota de que en las culturas del antiguo MEXICO la posible elección homosexual de los hijos nunca represento un problema para sus padres, así también como para los INCAS y para algunas culturas que habitaban el actual suelo argentino, de hecho si algún varón mostraba predisposición afeminada o procedía como mujer , era criado con toda naturalidad , igual que las hijas , lo vestían como a una de ellas , era educado por su madre de acuerdo con los preceptos femeninos y cuando llegaba la edad indicada ,lo casaban con un buen marido, generalmente de la nobleza. La descendencia no era problema ya que estaba permitida la poligamia. Así las mujeres se encargaban de engendrar y dar a luz, manteniendo la continuidad del grupo familiar y los jóvenes del harem estaban destinados solo al placer del marido.
Los cronistas CIEZA DE LEON Y GARCILAZO DE LA VEGA , testimonian acerca de que los caciques más importantes de las culturas incaicas tenían en sus servallos varios muchachos, emperifollados con oro y piedras preciosas , que eran más agasajados que las propias concubinas.
Así, que estimados lectores como siempre digo las cosas está bien o mal según el ojo de quien las mire. Por supuesto cada uno puede sacar sus conclusiones comparando con la sociedad actual en la que vivimos.
Cecilia Stepsys